Silvana Estrada — viernes, 2 de mayo, Estadio Fray Nano
Me sacaron de la barricada de prensa porque “venía un títere.” Antes de que pudiera preguntar más, una criatura blanca y flotante se acercaba al escenario, elevado por seis personas moviéndola con barras de madera antes de que Silvana Estrada empezará su anticipado concierto. Acompañada por una banda completa incluyendo un conjunto de instrumentos de viento y cuerda, Estrada tomó el escenario para presentar “Primera lluvia.” La querida música mexicana, frente y centro con su cuatro y pedales de bucle, tocó una mezcla de canciones de su debut, Marchita, y su nueva era: “Este es más o menos mi primer show del año,” ella dijo sonriente. “Finalmente habrá álbum.” En un guiño hacia el performance de Beth Gibbons el día siguiente, Estrada ofreció una interpretación de “Glory Box” de Portishead con violín esparcido y platillos zumbidos que ayudaron a elevar su voz poderosa. Su set se sintió como una verdadero laburo de amor y comunidad; Estrada invitó a la música síria americana Bedouine, nativo de São Paulo Tim Bernardes, y Rodrigo Amarante al escenario en diferentes puntos.
Earl Sweatshirt — sábado, trés de mayo, Estadio Fray Nano
Haciéndole seguimiento al set mutuo de Roc Marciano y the Alchemist, Earl Sweatshirt se subió al escenario con su DJ, Black Noi$e. Hasta con una audiencia llena con espuma en la boca para verlo, se encontraba despreocupado. “Soy Earl Sweatshit, y voy a rapear,” anunció antes de lanzar un show relajado que sin embargo todavía nos enseñó su habilidad generacional en el micrófono. “Quest/Power” y canción no oficial pero favorita de shows en vivo “Setting the Mousetraps” fueron momentos particularmente fuertes, con Earl causando que todo el mundo salte y cante sus letras, sin importar cualquier barrera entre inglés y español. Los relámpagos frecuentes, y la lluvia leve que los siguió, no disuadió a sus fanáticos de quedarse hasta la última canción guindamos de cada palabra que decía Earl.